El Reino de Drakos
Cuentan las abuelas y los abuelos que en un tiempo pasado el reino de Drakos estaba dominado por los dragones. Dragones que escupían fuego y que provenían de la época de los dinosaurios. En su inicio se habían adaptado a vivir en el agua pero más tarde se extendieron por todo el planeta, dominaron los bosques y conquistaron las montañas.
Los hombres estaban sometidos a ellos, y así estuvieron durante una largo período de tiempo hasta que determinaron acabar con esta situación. Tomaron la decisión de enfrentarse a los dragones. Lucharon incansablemente pero no consiguieron derrotarlos. Un grupo de hombres y mujeres, supervivientes a las batallas y muy valientes, optaron por escalar la gran montaña y atacar a la madre de todos los dragones. Así lo hicieron, subieron a la montaña y acabaron con ella. Cuando ya estaban dispuestos a abandonar la cima de la montaña, observaron que debajo del ala del dragón se escondía, asustada, una pequeña cría de dragón. Aquellos valientes no fueron capaces de matarla. La llevaron a la aldea, la criaron y la domesticaron, y con ella pudieron dominar el territorio.
Esa cría de dragón se convirtió en el último dragón y en conmemoración a ella el reino adoptó su nombre.
Entre aquellos supervivientes valientes se proclamó un rey del cual desciendo, y el Rey repartió el reino en condados entre los hombres y las mujeres valientes que le acompañaban.
Soy la Reina de Drakos.